Domingo 09 Junio 2013
Décimo Domingo del tiempo ordinario
Primer Libro de los Reyes 17,17-24.
Sucedió después que el hijo de la dueña de casa cayó enfermo; su enfermedad empeoró y exhaló el último suspiro. Entonces ella dijo a Elías: «¿Por qué te has metido en mi vida, hombre de Dios? ¿Has venido a mi casa para poner delante de Dios todas mis faltas y para hacer morir a mi hijo?» Le respondió: «Dame a tu hijo». Elías lo tomó de los brazos de esa mujer, subió al cuarto de arriba, donde se alojaba, y lo acostó en su cama. Luego invocó a Yavé: «Yavé, Dios mío, dijo, ¿harás que recaiga la desgracia aun sobre esta viuda que me aloja, haciendo que muera su hijo?» Entonces se tendió tres veces sobre el niño e invocó a Yavé: «Yavé, Dios mío, devuélvele a este niño el soplo de vida». Yavé oyó la súplica de Elías y le volvió al niño la respiración: ¡estaba vivo! Elías tomó al niño, lo bajó del cuarto alto a la casa y se lo devolvió a su madre. Elías le dijo: «Mira, tu hijo está vivo». Entonces la mujer dijo a Elías: «¡Ahora sé que tú eres un hombre de Dios y cuando tú dices la palabra de Dios, es verdad!»
Salmo 30(29),2.4.5-6.11.12a.13b.
Te alabaré, Señor, porque me has levantado y muy poco se han reído mis contrarios. Señor, me has sacado de la tumba, me iba a la fosa y me has devuelto a la vida. Que sus fieles canten al Señor, y den gracias a su Nombre santo. Porque su enojo dura unos momentos, y su bondad toda una vida. Al caer la tarde nos visita el llanto, pero a la mañana es un grito de alegría. ¡Escúchame, Señor, y ten piedad de mí; sé, Señor, mi socorro! Tu has cambiado mi duelo en una danza, me quitaste el luto y me ceñiste de alegría.
Carta de San Pablo a los Gálatas 1,11-19.
Les recordaré, hermanos, que el Evangelio con el que los he evangelizado no es doctrina de hombres. No lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por una revelación de Cristo Jesús. Ustedes han oído hablar de mi actuación anterior, cuando pertenecía a la comunidad judía, y saben con qué furor perseguía a la Iglesia de Dios y trataba de arrasarla. Estaba más apegado a la religión judía que muchos compatriotas de mi edad y defendía con mayor fanatismo las tradiciones de mis padres. Pero un día, a Aquel que me había escogido desde el seno de mi madre, por pura bondad le agradó llamarme y revelar en mí a su Hijo para que lo proclamara entre los pueblos paganos. En ese momento no pedí consejos humanos, ni tampoco subí a Jerusalén para ver a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui a Arabia, y de allí regresé después a Damasco. Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para entrevistarme con Pedro y permanecí con él quince días. Pero no vi a ningún otro apóstol fuera de Santiago, hermano del Señor.
José Luis Cotallo Sánchez, hijo de Eugenio y de María, nació en Cáceres el 2 de junio de 1922. Empleado de correos, militante de la Juventud masculina de A.C. Estudió bachiller en el Instituto Nacional de Enseñanza Media de Cáceres. Dos cursos de Filosofía y; uno de Teología en el Seminario de Coria. Cuatro cursos de Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca (1943-47) Premio Extraordinario en Teología Dogmática Fundamental y en Instituciones de Derecho Canónico. Ordenado sacerdote el 21 de julio de 1946. Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca en el año 1947. Consiliario de Acción Católica, más de 7 años de jóvenes, 7 años Consiliario de Hombres, 3 años de la HOAC. Profesor de Religión de varios centros 7 años. Asesor religioso de PROA. Coadjutor de las parroquias de San Juan, de Santiago, 5 años. Rector y profesor del Seminario de Cáceres. Delegado Diocesano de la OCSHA, de la Unión Misional del Clero y pro “Clero Indígena”, más de 6 años. Del 30 de julio de 1957 al 1 de julio de 1959, Capellán de Emigrantes Españoles y de la Colonia Española en Sao Paulo, en Brasil. Director de los Servicios Culturales de la Diputación Provincial de Cáceres, más de 5 años. Delegado Episcopal Patronato Provincial de Archivos, Bibliotecas y Museos, más de 4 años. El día 1 de Noviembre de 1965 fue nombrado Director del Colegio Diocesano. Murió el 20 de septiembre de 1970 a los 48 años.